Carlos López y Carmiña en el barrio del Rocío
Nos cuenta Carlos López Feijoó, que el niño que aparece sentado en la Vespa con Carmiña, es él. Y que la fotografía está tomada en el barrio del Rocío en Bouzas, Vigo. El sidecar pertenecía a su padre, Julián López Pérez, conocido por el apodo de “el francés”. El “francés” nació al otro lado de los Pirineos. En tierras galas. De madre Cordobesa y Padre Riojano. Ambos emigrantes. A Vigo llegó como técnico para montar maquinaria en diferentes empresas. Que él recuerde en Álvarez y Massó. Por aquel entonces paraba en la Pensión Casablanca. “El francés” era un apasionado del fútbol. Llevaba al “Celtiña” en lo más profundo de su corazón. Era el equipo de sus amores. También le gustaban mucho los niños. Carlos nos cuenta que su padre cargaba el sidecar con los chavales del barrio y se los llevaba a todos a ver los partidos. A su madre, hermano y a él, también los llevaba a las excursiones organizadas por el Vespa Club Vigo. Recuerda todavía hoy una excursión en concreto. La que hicieron a Zamora, en pleno invierno, cruzando el Alto de la Herradura, entre las provincias de Pontevedra y Orense, y las infinitas curvas del trazado. También el frío que pasaron los cuatro viajando en esta PO 245 con sidecar ese día. Si nos fijamos, al fondo se puede ver un carro de bueyes. El carro era del Sr. Antonio "el Portugués".
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Carlos López y Carmiña en el barrio del Rocío
Nos cuenta Carlos López Feijoó, que el niño que aparece sentado en la Vespa con Carmiña, es él. Y que la fotografía está tomada en el barrio del Rocío en Bouzas, Vigo. El sidecar pertenecía a su padre, Julián López Pérez, conocido por el apodo de “el francés”. El “francés” nació al otro lado de los Pirineos. En tierras galas. De madre Cordobesa y Padre Riojano. Ambos emigrantes. A Vigo llegó como técnico para montar maquinaria en diferentes empresas. Que él recuerde en Álvarez y Massó. Por aquel entonces paraba en la Pensión Casablanca. “El francés” era un apasionado del fútbol. Llevaba al “Celtiña” en lo más profundo de su corazón. Era el equipo de sus amores. También le gustaban mucho los niños. Carlos nos cuenta que su padre cargaba el sidecar con los chavales del barrio y se los llevaba a todos a ver los partidos. A su madre, hermano y a él, también los llevaba a las excursiones organizadas por el Vespa Club Vigo. Recuerda todavía hoy una excursión en concreto. La que hicieron a Zamora, en pleno invierno, cruzando el Alto de la Herradura, entre las provincias de Pontevedra y Orense, y las infinitas curvas del trazado. También el frío que pasaron los cuatro viajando en esta PO 245 con sidecar ese día. Si nos fijamos, al fondo se puede ver un carro de bueyes. El carro era del Sr. Antonio "el Portugués".
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