Retrato de Eduardo Iglesias padre en Asturias

"Los curas -nos comenta Eduardo-, no nos facilitaban demasiado el trabajo en las bodas". La larga sombra de su autoridad moral les llevaba a regañarles siempre y por todo. Tanto a ellos como a los novios e invitados. "A unos por llegar tarde, a otros por la vestimenta inapropiada, por emplear el flash, por no guardar silencio, por esto y por lo otro... El único cura cariñoso con los novios y que no le importaba casar a quien fuese, era Don Camilo de San Andrés" -el cual lo define como un hombre cariñoso y encantador-. Con González (Estudio de fotografía vigués) también iban a la Toja a cubrir las puestas de largo de la alta sociedad Pontevedresa. En esta fotografía vemos a Eduardo posando en Asturias, durante su viaje de bodas.

Mi abuelo tenía una igual