El Sr Veira "O rapaz de Telégrafos"
Nos cuenta Maria del Carmen Veira Outeiro, que el hombre que posa en esta fotografía de 1967 era su padre, D. Francisco José Veira Martínez. Tenía por aquel entonces, 39 años. La foto fue tomada justo delante de la vieja oficina de Telégrafos en Carballo, una localidad a 36 km de A Coruña donde entró como repartidor de Telégrafos con tan sólo 17 años, y se jubiló como Auxiliar de Correos y Telégrafos cumplidos los 64. Tras casi 50 años de servicio al Cuerpo, todos seguían llamando al Sr. Veira "o rapaz de Telégrafos".
Sobre la moto nos cuenta que una Vespa en aquella época, era todo un acontecimiento. Al principio, su padre no tenía ni coche, ni permiso de conducir. Carnet que tuvo que sacar para poder disponer de la Vespa en sus funciones profesionales. También nos cuenta que la cuidaba muchísimo y la llevaba siempre impecable, como si fuera de su propiedad.
A María del Carmen con 8 ó 10 años y viviendo en un pueblo pequeño, le fascinaba aquella Vespa. Y aunque el padre era reacio a complacerla, después de mucho insistir, siempre conseguía que le llevase a dar una vuelta. Al principio le tomaba el pelo señalándole la matrícula. Le decía que no podía llevarla, que las letras PMM significaban: "Prohibido Montar Mujeres" e inocente ella, saliendo de la boca de su progenitor, ¡vaya si se lo creía!.
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El Sr Veira "O rapaz de Telégrafos"
Nos cuenta Maria del Carmen Veira Outeiro, que el hombre que posa en esta fotografía de 1967 era su padre, D. Francisco José Veira Martínez. Tenía por aquel entonces, 39 años. La foto fue tomada justo delante de la vieja oficina de Telégrafos en Carballo, una localidad a 36 km de A Coruña donde entró como repartidor de Telégrafos con tan sólo 17 años, y se jubiló como Auxiliar de Correos y Telégrafos cumplidos los 64. Tras casi 50 años de servicio al Cuerpo, todos seguían llamando al Sr. Veira "o rapaz de Telégrafos".
Sobre la moto nos cuenta que una Vespa en aquella época, era todo un acontecimiento. Al principio, su padre no tenía ni coche, ni permiso de conducir. Carnet que tuvo que sacar para poder disponer de la Vespa en sus funciones profesionales. También nos cuenta que la cuidaba muchísimo y la llevaba siempre impecable, como si fuera de su propiedad.
A María del Carmen con 8 ó 10 años y viviendo en un pueblo pequeño, le fascinaba aquella Vespa. Y aunque el padre era reacio a complacerla, después de mucho insistir, siempre conseguía que le llevase a dar una vuelta. Al principio le tomaba el pelo señalándole la matrícula. Le decía que no podía llevarla, que las letras PMM significaban: "Prohibido Montar Mujeres" e inocente ella, saliendo de la boca de su progenitor, ¡vaya si se lo creía!.
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