Cuando un cowboy y un vampiro circulaban en sidecar por Galicia

A pesar que manifiesta sin pudor no saber conducir, poca gente sabe que por las venas de Rafael Pintos (Wladimir Dragossan) fluye sangre vespista. Su padre, Manuel Pintos Ramos, estuvo muy vinculado al Vespa Club Pontevedra. También su madre era una habitual de las salidas organizadas por los vespistas de la ciudad del Lérez. Rafael es un hombre polifacético. Nada más sentarnos en la terraza del Café Carabela me comenta que su vocación de actor le surge a edad temprana."Siempre he sido muy imaginativo y teatral. Me gusta la escenografía. Mi vida está a medio camino entre la realidad y la fantasía. Es la ensoñación propia de un idealista que quiere trascender de la cotidianeidad. De la banalidad del día a día".

Desde muy pequeño tuvo una enorme facilidad para el dibujo. Pero tanto sus esbozos, como el soporte de los mismos eran, por decirlo de alguna manera, inusuales para un rapaciño de su edad. Rafael dibujaba viñetas con monstruos, batallas de piratas, esqueletos animados y los bautizaba con nombres tan peculiares como "El terroroso espíritu". Se define como un gótico temprano. "Aquí no había nada de eso. A mí me salía de manera natural. Pintaba con lápiz de carpintero en los cartones de la tienda de telas de mi abuela. Mientras mi abuela atendía a sus clientes, yo me metía en una caja de cartón a dibujar. Las clientas le decían que parecía un difunto".
Años más tarde, entre sustos, rumores y descalificaciones, Rafael se convirtió en una leyenda local. Un buen día, llamó a su puerta un joven José Ramón Gayoso (presentador del programa Corazonadas) para entrevistar a ese personaje curioso, excéntrico y con aires de dandy, que merodeaba por Pontevedra. Después, sería el propio Suso Iglesias, Director de la TVG el que le propondría un dueto con John Balan".
"John era un gallego del mundo. Hablaba un gallego feito a machadas. Vivía también en una creatividad continua". Todos lo recordamos con su gorro de vaquero. Hablando un perfecto inglés feito na casa. Plantado de espaldas a una puerta de madera, escenificando películas de argumento propio (La muerte es inoxidable o el Callejón de las vírgenes distraídas), dando voz a todos los personajes y reproduciendo la banda sonora a golpe de nudillos. "Si el soñaba con actuar en una película de John Wayne, Kirk Douglas o James Stewart, yo quería ser el Christopher Lee gallego o un Vincent Price".

"Y así surgió el Tour Balan-Wladimir, la historia del vampiro educado y el vaquero de Seijo, circulando juntos en un sidecar por Galicia adelante. Parece que a algunos les cuesta aceptar que fuimos pioneros del Performance en Galicia. En fin". Rafael confiesa que ni por aquel entonces ni tampoco hoy sabe conducir. "El director del programa quería que yo condujese la DKV, pero no me vi capacitado. Tras dejar rodar la moto apagada cuesta abajo y acabar en un campo de patatas, decidieron que para las escenas exteriores caracterizarían al dueño de la moto para que me doblase. En los Estudios 1000 de Cacheiras, grabábamos los diálogos y los primeros planos. Con un fondo azul donde se proyectaban las imágenes y con un ventilador que simulaba el viento".
De la incomodidad de John para memorizar los guiones y de su incapacidad para someterse al gallego normativo, surgieron varias anécdotas. Como la improvisar hasta en su frase más repetida, la de "A modiño Wladimir, que acabas de nacer e xa andas estresado" En más de una ocasión John cambió lo de estresado por estreñido". Aquellas corredurías también los llevaron hasta la playa de La Lanzada en busca de las nueve ondas o hasta el mismísimo San Andrés de Teixido, donde al "¿Cando chegaremos a San Andrés? de Wladimir, Balan respondía "Fuches de morto e vas a ir de vivo".

Para aquellos que lo tildan de friki y draculín o le restriegan una y otra vez su hit "Paca te clavé la estaca", apuntar que como actor participó en "Sempre Xonxa" y que la biografía de John Balan, escrita por Rafael Pintos, ha sido finalista en los Premios de la Asociación Galega de Editores. Ahí queda eso.

Mi abuelo tenía una igual