Embarcando en el Ferry destino África

Después de coger el ferry y hechar gasolina, tiramos hacia abajo. A las tantas llegamos al Cabo de San Vicente y como el camping estaba cerrado, acampamos en una especie de campo de maíz. Entre que llegábamos a todos los sitios tarde y que por la mañana queríamos recuperar el tiempo perdido, despertándonos también tarde, empezamos a dejar de lavarnos. ¿Lavarnos? ¿Para qué? ¡Venga vámonos!. Y tiramos hacia el Ferry en Ayamonte circulando por el Algarve. Como por Doñana no se podía ir, subimos casi hasta Sevilla. En Sevilla se nos volvió a hacer de noche. La moto de Xerardo fundía cada dos por tres los pilotos de atrás… eran jornadas tan largas que era pasar Sevilla de noche y yo decía, como me equivoque, o los pierda… de aquella no había ni móviles ni GPS. Había que estar muy atentos. Y además, en una moto no te puedes poner a sacar el plano. Esa noche llegamos de madrugada al camping del Puerto de Santa María. El camping estaba también cerrado. Acampamos directamente en una rotonda delante del camping, para que complicarnos la vida. Llevábamos sacos, pero no esterillas y la tienda era una de esas canadienses, de lona, con tubos de aluminio. Después de esta jornada decidimos que nos teníamos que dar un respiro y que además era hora de lavarse a conciencia.

Mi abuelo tenía una igual